Recursos enfermeria: PULSO ARTERIAL

viernes, 6 de abril de 2007

PULSO ARTERIAL

PULSO ARTERIAL
DEFINICIÓN


Es la onda pulsátil de la sangre, originada en
la contracción del ventrículo izquierdo del corazón
y que resulta en la expansión y contracción
regular del calibre de las arterias.
La onda pulsátil representa el rendimiento del
latido cardiaco, que es la cantidad de sangre
que entra en las arterias con cada contracción
ventricular y la adaptación de las arterias,
o sea, su capacidad de contraerse y dilatarse.


Asimismo, proporciona información sobre
el funcionamiento de la válvula aórtica.
El pulso periférico se palpa fácilmente en pies,
manos, cara y cuello. Realmente puede palparse
en cualquier zona donde una arteria superficial
pueda ser fácilmente comprimida contra
una superficie ósea.


La velocidad del pulso (latidos por minuto) corresponde
a la frecuencia cardiaca, la cual varía
con la edad, sexo, actividad física, estado emocional,
fiebre, medicamentos y hemorragias.
Edad: el pulso sufre variaciones desde el
momento del nacimiento hasta la madurez y
la senectud.


Sexo: después de la pubertad el pulso es más
lento en el hombre que en la mujer.

Ejercicio físico: la velocidad del pulso aumenta
con la actividad física. En los atletas en reposo
la frecuencia aparece disminuida
(bradicardia) debido al gran tamaño y fuerza
del corazón. Los atletas mantienen normalmente
un estado de bradicardia.

Fiebre: aumenta el pulso por la vasodilatación
periférica secundaria al ascenso de la temperatura.
Medicamentos: los medicamentos pueden
afectar el pulso; algunos lo aumentan y otros
lo disminuyen.

Hemorragias: la pérdida de sangre mayor de
500 ml aumenta el pulso. La taquicardia es
signo de anemia aguda.

Estado emocional: las emociones como el
miedo, la ansiedad y el dolor pueden estimular
el sistema simpático aumentando la actividad
cardiaca.


Existen nueve puntos anatómicos para la palpación
del pulso.


Pulso temporal: la arteria temporal se palpa
sobre el hueso temporal en la región externa
de la frente, en un trayecto que va desde la
ceja hasta el cuero cabelludo.


Pulso carotideo: se encuentra en la parte lateral
del cuello entre la tráquea y el músculo
esternocleidomastoideo. No se debe ejercer
presión excesiva porque produce disminución
de la frecuencia cardiaca e hipotensión. Tampoco,
se debe palpar simultáneamente en
ambos lados para evitar la disminución del flujo
sanguíneo cerebral o, aun, paro cardiaco.


Pulso braquial: se palpa en la cara interna
del músculo bíceps o en la zona media del
espacio antecubital.


Pulso radial: se palpa realizando presión suave
sobre la arteria radial en la zona media de
la cara interna de la muñeca. Es el método
clínico más usado.


Pulso femoral: se palpa la arteria femoral localizada
debajo del ligamento inguinal.


Pulso poplíteo: se palpa realizando presión
fuerte sobre la arteria poplítea, por detrás de
la rodilla, en la fosa poplítea.


Pulso tibial posterior: se palpa la arteria tibial
localizada por detrás del maléolo interno.
Pulso pedio: se palpa la arteria dorsal del pie
sobre los huesos de la parte alta del dorso del
pie.


RECOMENDACIONES
PARA LA VALORACIÓN DEL PULSO


• El pulso se valora mediante la palpación
utilizando la porción distal de los dedos índice
y corazón. En el caso de los pulsos
pedio y tibial posterior, se utiliza la mano
derecha para palpar los pulsos en el pie
izquierdo, y viceversa.


• El pulso cardiaco apical, y los tonos cardiacos,
se valoran mediante auscultación
con fonendoscopio.


• Palpar cada pulso en forma individual y
evaluar frecuencia, ritmo, amplitud y contorno,
y en forma simultánea para detectar
cambios en la sincronización y la amplitud.
Comparar los pulsos de las extremidades
del mismo lado y del contralateral con el
fin de detectar variaciones. Los pulsos asimétricos
sugieren oclusión arterial.


• El paciente debe adoptar una postura cómoda
y relajada.


• La enfermera debe verificar si el paciente
ha recibido medicamentos que afectan la
frecuencia cardiaca.


• Si el paciente ha realizado actividad física,
es importante esperar entre 10 y 15 minutos
antes de controlar el pulso.


• Valorar las características del pulso.


• Frecuencia: en la tabla 1 se presentan los
valores normales de la frecuencia cardiaca
de acuerdo con la edad.


• Ritmo: el ritmo normal es regular. La irregularidad
está asociada con trastornos del
ritmo como fibrilación auricular. El pulso
regular con pausas (latidos omitidos) o los
latidos adicionales reflejan contracciones
ventriculares o auriculares prematuras.


• Volumen o amplitud: es la calidad o fuerza
de la sangre en cada latido. Se habla de
amplitud normal, cuando el pulso es fácilmente
palpable, no desaparece de manera
intermitente y todos los pulsos son simétricos,
con elevaciones plenas, fuertes y
rápidas. El pulso disminuido, débil, filiforme
o hipoquinésico se asocia con disfunción
ventricular izquierda, hipovolemia o estenosis
aórtica. Por el contrario, el pulso fuerte,
rápido o hiperquinésico (pulso saltón) refleja
la eyección rápida del ventrículo izquierdo,
como en el caso de la regurgitación
aórtica crónica. La disminución de la amplitud
del pulso, a veces tan marcada que el
pulso desaparece, se denomina pulso paradójico
(derrame pericárdico). Cuando hay
irregularidad en el pulso pero a cada pulsación
fuerte sigue una débil se trata de un
pulso alternante; este tipo de pulso se encuentra
en casos de acentuada degeneración
de la fibra miocárdica.


• Elasticidad: es la capacidad de expansión
o de deformación de la pared arterial bajo
la onda pulsátil. Una arteria normal, por lo
general, es lisa, suave y recta. La elasticidad
refleja el estado de los vasos sanguíneos.


TABLA 1. VALORES NORMALES DE FRECUENCIA CARDIACA
EDAD PULSACIONES POR MINUTO
Recién nacido 120 – 170
Lactante menor 120 – 160
Lactante mayor 110 – 130
Niños de 2 a 4 años 100 – 120
Niños de 6 a 8 años 100 – 115
Adulto 60 – 80


ALTERACIONES DEL PULSO


Taquicardia sinusal: frecuencia cardiaca que
no sobrepasa los 160 latidos por minuto. Se
debe al estímulo del automatismo sinusal por
la excitación del simpático; se observa en la
fiebre, hipertiroidismo, falla cardiaca y shock.

Taquicardia paroxística: se inicia en forma
súbita y la frecuencia está por encima de 160
latidos/min. Se manifiesta con dolor precordial,
angustia y palpitaciones.


Bradicardia sinusal: las pulsaciones oscilan
entre 40 y 60 latidos/minuto. Se observa en
pacientes con hipertensión endocraneana o
con impregnación digitálica.


Bradicardia por bloqueo auriculo-ventricular
completo: se presenta con pulsaciones entre
30 y 35 latidos/minuto. Es producida por fenómenos
asociados con la contracción de las
aurículas y ventrículos y se manifiesta por
estado sincopal.

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